Las temperaturas de julio en Phoenix alcanzan o superan los 110 grados Fahrenheit (43,3 grados Celsius) todos los días. Como el aire acondicionado es un salvavidas bajo el sol abrasador, los residentes que no pueden usar acondicionadores de aire o no pueden permitirse el lujo de hacerlos funcionar se enfrentan a una situación peligrosa. El calor intenso convierte a la casa en una «freidora de aire» o «asador», ya que el techo absorbe el calor intenso y lo libera hacia abajo.
A pesar de la necesidad de aire acondicionado, algunos residentes están reduciendo su uso por temor al aumento de las facturas de electricidad. Por ejemplo, Camille Rabani desarrolló su propio sistema de refrigeración para que ella y su san bernardo de 10 meses, Wrigley, se sintieran cómodos en el calor. Rabani usa un termostato inteligente NEST y monitorea las horas pico y no pico de la empresa de servicios públicos para mantener la casa a 83F entre las 4 y las 7 pm, las horas más caras.
Ahorrar dinero y garantizar la comodidad de las mascotas es una preocupación común de los residentes. Otra residente de Phoenix, Emily Schmidt, destaca el equilibrio continuo entre mantener la calma y reducir los costos. El calor insoportable ha aumentado las preocupaciones sobre las facturas de electricidad inminentes, lo que dificulta la elaboración de presupuestos.
La situación es especialmente grave para las personas mayores con ingresos limitados que a menudo tienen que elegir entre una refrigeración adecuada y comprar otras necesidades. La Foundation for Senior Living informa que muchas personas mayores mantienen sus termostatos a 80F para reducir costos. Además, algunos carecen de una red de apoyo y pueden enfrentar una situación peligrosa si su aire acondicionado falla.
Para ayudar a los necesitados, el Ejército de Salvación ha establecido una estación de enfriamiento en el área de Phoenix. Esta instalación es un lugar para escapar del calor para aquellos que no pueden pagar el aire acondicionado o no tienen suficiente aire acondicionado en sus hogares. La estación ofrece un lugar para socializar y tomar un descanso de las temperaturas gélidas.
Mientras Phoenix continúa experimentando olas de calor, los residentes tienen dificultades para administrar el aire acondicionado y los costos relacionados. Las situaciones extremas nos recuerdan la importancia del acceso a métodos de enfriamiento confiables, especialmente para las poblaciones vulnerables de las comunidades.